miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Es cierto que las últimas partes del Curso pueden resultar traumáticas si no estamos lo suficientemente preparados?

Pregunta #1348: Podemos ver que en el capítulo 1 de Un Curso de Milagros se nos dice: “Éste es un curso de entrenamiento mental. Todo aprendizaje requiere atención y estudio en algún nivel. Algunas de las secciones posteriores de este curso se basan en tan gran medida en estas primeras secciones, que es necesario un estudio muy detallado de las mismas. También las vas a necesitar a modo de preparación. Sin esta preparación, lo que sigue podría infundirte demasiado temor, imposibilitando así el que pudieses usarlo de manera constructiva... Algunos de los pasos posteriores de este curso, sin embargo, entrañan un acercamiento más directo a Dios Mismo. No sería prudente iniciar esos pasos sin una preparación cuidadosa,pues, de lo contrario, la reverencia se confundiría con el miedo, y la experiencia acabaría siendo más traumática que beatífica.” (T.1.VII.4:1,2,3; 5:7,6,7,8).
¿Podríamos inferir -de acuerdo a lo citado anteriormente- que si no tenemos cuidado en cuanto a la forma de trabajar con el Curso, es posible que nuestra experiencia sea traumática y no de ayuda? ¿Qué tan en serio deberíamos tomarnos esta “advertencia” por parte el autor del Curso y prepararnos adecuadamente antes de comenzar con las partes posteriores del Curso? ¿Cómo podríamos saber que estamos “preparados adecuadamente” para no caer en la trampa de confundir la “reverencia con el miedo”? De hecho, si estudiamos los capítulos iniciales del texto, ¿cómo saber cuándo tenemos que avanzar más en el texto o incluso comenzar con el libro de ejercicios? ¿No son acaso los primeros capítulos demasiado abstractos como para poder entenderlos antes del resto del Curso? ¿Qué no estoy entendiendo aquí?

Respuesta: Los párrafos que citas no pertenecen originalmente a lo que es el final del primer capítulo. Ellos forman parte de un mensaje más amplio dado a Helen y Bill en el cual Jesús enfatizaba la importancia de que estudiaran el material que se les estaba dando (ver por ejemplo el libro “Ausencia de Felicidad”). En cierto sentido, esto forma parte de cualquier relación maestro estudiante --- el maestro insta a los estudiantes a que estudien lo que se les está enseñando. Debido a que el programa de Estudios de Un Curso de Milagros contempla el entrenamiento mental, es muy importante que diligentemente nos dediquemos al estudio del material, con el propósito de prepararnos para las etapas posteriores del entrenamiento mental que se basan en las anteriores.
Jesús está básicamente hablando de acercarnos a Dios y a experimentar Su Amor. Tenemos muchas capas de defensas que nos “protegen” de la experiencia de Dios, porque no deseamos perder nuestra atesorada sensación de la existencia independiente. Por lo tanto, las primeras etapas de estudio y entrenamiento establecen los cimientos para este proceso, y comienzan en formas que podemos tolerar sin caer incapacitados por el pánico. Esto nos prepara para las fases subsiguientes que nos acercan un poco más a la experiencia que rechazamos originalmente (y que aún rechazamos) cuando tomamos la elección de ser individuos separados y autónomos. Es necesario que lleguemos a conocer el sistema de pensamiento que vamos a deshacer y que tengamos alguna idea de los obstáculos que hemos interpuesto en nuestro camino, de lo contrario no seremos capaces de procesar adecuadamente lo que sucede después de la fase de deshacimiento. Esta es la razón por la que Jesús desea que estudiemos el material cuidadosamente. Por “cuidadosamente” Jesús quiere decir que nos demos cuenta de que nos está hablando directamente a nosotros tal y como nos experimentamos ahora. Jesús no está simplemente presentando una serie de ideas y conceptos a ser abordados de manera impersonal. Él quiere que nos acostumbremos a pensar acerca de nosotros mismos de la manera en la que nos describe en este curso.

Por consiguiente, se trata más acerca de una actitud hacia el estudio que de una comprensión exhaustiva de lo que se nos está informando en estos primeros capítulos. Tal y como ya has dicho, hay partes de estos capítulos iniciales (y todo lo que resta de los capítulos siguientes, dicho sea de paso) que son muy difíciles de comprender, pero Jesús no espera que lleguemos a comprender inmediatamente todas las palabras y las implicaciones de cada una de las ideas. Esa es la razón por la que Jesús vuelve a los principios básicos una y otra vez y los refuerza en cada uno de los tres libros.
El objetivo no es el dominio intelectual del texto, sino el combinar nuestra actitud de estudio y genuino interés de comprender el sistema de pensamiento que nos está presentando, para que lleguemos a reconocer que nos estamos embarcando junto con Jesús en una jornada que tarde o temprano llegará a penetrar en profundidad en las áreas de nuestras vidas y mentes que hemos procurado mantener ocultas. La mejor manera de hacer esto es lentamente con una conciencia cada vez más amplia de que hay una presencia amorosa y reconfortante dentro de nosotros que nos invita a sostener su mano en cada paso del camino para que la jornada culmine en una experiencia beatífica.
Finalmente, es útil recordar que “el programa de estudios es sumamente individualizado” (M.29.2:6). Por lo tanto, en lo que respecta a cuándo comenzar con el libro de ejercicios, confía en lo que sientas y no fuerces las cosas. No hay errores en lo que a esto respecta.