miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Acerca de aceptar a Jesus vs aceptar al E.S como una conexión con Dios

Pregunta#463: Las respuestas dadas a las preguntas en este forum hacen con frecuencia una referencia a "Jesús o el Espíritu Santo." Lo mismo los escritos de Ken Wapnick. Estudiando Un Curso de Milagros, yo me siento más cómodo con el término "Espíritu Santo" que con el término "Jesús." Yo no dudo de la autoría de Jesús ni me cuestiono su autoridad en el Curso, pero tengo un problema usando Jesús ---una persona física--- como instrumento de visualización para recibir ayuda. De alguna forma, para mi, esto va contra lo que estamos tratando de alcanzar con el Curso, que es vernos a nosotros mismos como una parte de la mente de Dios, conectados a Dios y no como cuerpos separados. Reconozco que mientras nos percibamos como cuerpos separados, necesitaremos tener un "poder superior" separado para que nos guíe. Pero me siento más cómodo con una noción abstracta del Espíritu Santo, El cuál está en nuestras mentes, que con la noción de un cuerpo físico llamado "Jesús," quién está obviamente separado de mi cuerpo físico. Incluso me incomodan los dibujos de Jesús cuando se asocian a Un Curso de Milagros, ya que un cuerpo representa la separación. Yo sé que el cuerpo es neutro y no tiene que ser odiado ni amado. Pero mi pregunta tiene que ver con si mis sensaciones al respecto están justificadas. Es el "Espíritu Santo" una manera más refinada y quizás una mejor forma de percibir y experimentar nuestra conexión con Dios que visualizar un cuerpo humano llamado "Jesús"? O por el contrario, será que mis sentimientos tienen que ver con alguna clase de resistencia a aceptar a Jesús? O estoy haciendo una montaña de un grano de arena con todo esto?

Respuesta: Esta es una pregunta importante, con la cual muchos otros estudiantes se han tenido que enfrentar en estos años. Hay gente que encuentra más fácil relacionarse con el Espíritu Santo como una presencia abstracta, mientras que otras personas prefieren relacionarse con una presencia más personal de Jesús ---ambas ubicadas, por supuesto, en nuestras mentes. No es importante a quién elijas ya que son idénticos en su función; Jesús es la manifestación del Espíritu Santo. Lo único que en realidad importa es experimentar una relación con algún símbolo que pueda reflejar la fuente amorosa más allá del símbolo de Jesús o de algún símbolo que te ayude a experimentar el amor como una unicidad tan íntimamente como sea posible. "El nombre de Jesucristo como tal no es sino un símbolo que se erige en nombre de un amor que no es de este mundo" (M.23.4:1,2). Y obviamente, si eliges a Jesús, no es necesario que tengas retratos o imágenes a tu alrededor. Es interesante observar cómo, aún con el "abstracto" Espíritu Santo, mucha gente todavía usa alguna clase de imagen ---usualmente una paloma o alguna otra ave. El Curso mismo usa símbolos corporales: el Espíritu Santo aparece como 'El', como un Maestro, una Voz y un Mediador por nombrar algunos.

Tal y como mencionas, podría ser de utilidad para ti contemplar la posibilidad de que estés albergando algunos sentimientos acerca de Jesús (o el cuerpo) que podrían ser la causa de que prefieras mantener la distancia. Relacionarse con él como una persona separada no va en realidad en contra de lo que estamos tratando de lograr con el Curso. De hecho, como ya sabes, él nos está animando a hacer justo eso. Para mencionar dos de esos muchos párrafos: " Trata de ir más allá de las nubes [de la culpa] utilizando cualquier medio que te atraiga. Si te resulta útil, piensa que te estoy llevando de la mano, y que te estoy guiando. Y te aseguro que esto no será una vana fantasía." (W.pI.70.9:2,3,4). "Caminar con él es algo tan natural como caminar con un hermano al que conoces desde que naciste, pues eso es en verdad lo que él es. Se han hecho amargos ídolos de aquel que sólo quiere ser un hermano para el mundo. Perdónale tus ilusiones y comprende lo mucho que amarías a un hermano así" (C.5.5:6,7,8,9).

Si hacemos esto "correctamente," no estaríamos confinando nuestra relación con él a la esfera de lo físico, ya que él no querría eso dado su evaluación del cuerpo (por ejemplo, T.19.IV.A.17:5,6; T.19.IV.B.14). Desafortunadamente y sin embargo, eso es lo que ha sucedido en la mayoría de las corrientes principales de la religión Cristina. Estudiar la lección 151 es particularmente de ayuda en este contexto. Ilustra muy bien cómo Jesús nos instruye. El comienza con lo que mejor sabemos ---lo que nuestros sentidos reportan y cómo nos creemos con "obcecada certeza" lo que percibimos--- y entonces, él nos lleva más allá para que podamos estar libres de conflicto y "dolor, desastres, sufrimiento y pérdidas" (W.pI.151.5,10). ¡Qué gentil y amorosa forma de enseñar!

Por consiguiente, el enfoque de una relación con Jesús no es tanto con él como cuerpo sino con el amor que él representa, porque esa es la manera en la que recuperaremos nuestra consciencia de la presencia del amor, la cual enérgica y determinadamente hemos intentado bloquear eligiendo el cuerpo como nuestra realidad. Cuando nos aproximemos al final de la jornada, la última etapa en el desarrollo de la confianza (M.4I.A), nos daremos cuenta de que el amor es lo único que hay; no existe "Jesús y yo"; no existe la separación. Pero por supuesto que eso es nuestro mayor temor ---la desaparición de nuestros seres individuales, Sin embargo, eso solo sucede cuando aceptamos, al igual que Jesús, que nuestra identidad es amor. Entonces estamos a salvo y la pérdida es imposible. "El amor es tu seguridad. El miedo no existe. Identifícate con el amor y estás a salvo. Identifícate con el amor y estás en tu hogar. Identifícate con el amor y encuentra tu Ser" (W.pII.5.5:4,5,6,7,8).

Quizás quieras detenerte un poco más en lo que mencionas en tu pregunta: mientras nos percibamos a nosotros mismo como un cuerpo separado, necesitaremos tener un "poder superior" separado que nos guíe. El reflejo del Amor del Cielo nos llega en términos corporales en el Curso con ése propósito. Sería imposible para nosotros tener la más ínfima idea de ese Amor sin que estuviese representado ---al menos en los comienzos de nuestra jornada--- en forma corporal. Nuestro interés en que el reino físico sea real es demasiado grande y el terror que tenemos de que no sea real es aún mayor. Relacionarnos con Jesús como alguno de nosotros, por consiguiente, es de suma ayuda para evitar el error común, que con frecuencia tiene desastrosas consecuencias tanto físicas como espirituales, de saltarnos etapas ---de negar nuestra experiencia física, nuestras necesidades corporales, etc. y saltar directamente hasta el reino del espíritu. Jesús nos pregunta, "¿Cómo podrías tú, que te ves a ti mismo dentro de un cuerpo, saber que eres una idea? Identificas todo lo que reconoces con cosas externas, con algo externo a ello mismo. Ni siquiera puedes pensar en Dios sin imaginártelo en un cuerpo o en alguna forma que creas reconocer" (T.18.VIII.1:5,6,7). Así que el gentil camino del Curso es que estemos totalmente presentes en nuestra experiencia corporal mientras pensemos que somos cuerpos, pero pedirle ayuda a Jesús para usar esas experiencias y poder llegar al dolor en nuestras mentes que proviene de nuestra presente y continua decisión de elegir nuestra propia versión de amor limitado, en lugar de aceptar nuestra verdadera Identidad como parte de la unicidad del Amor ilimitado, simbolizado en nuestras mentes por la amorosa presencia de nuestro hermano Jesús.

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