Pregunta#377:
“Cada vez que tus pensamientos se desvíen hacía una relación especial
que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le
permitas liberarte.” (T.16.VI.12:1) Pero cómo? Cómo “me uno a El en un
instante santo” ---y entonces “le permito liberarme”? “El necesita solo
que estés dispuesto…”(próxima oración). Yo quiero sinceramente que se me
libere de esta relación porque sin lugar a dudas la encuentro ridícula,
pero hasta la fecha, lo único que he logrado hacer es fracasar
completamente y no sé como hacer para salir de ahí.
Respuesta:
Encuentras la clave de la respuesta a tu pregunta en la próxima
oración: “El necesita solo que estés dispuesto…” Sin embargo, la
disposición que se requiere aquí no es la misma que el querer salirse de
una relación a causa de que sea ridícula o indeseable en alguna otra
forma. Se trata de la disposición para reconocer y tomar responsabilidad
por el uso que hace el ego de la relación, el cual es siempre hacer que
la separación sea real y aferrarse a la culpa.
Cualquier
relación que te atraiga, independientemente de que la caracterices como
de amor especial o de odio especial, abriga una multitud de
pensamientos, creencias y juicios acerca de ti y de la otra persona,
todo ello basado en la creencia en la separación, dando de este modo
origen a la culpa. Tu entras con el Espíritu Santo en el instante santo a
través del proceso del perdón. El primer paso en este proceso es estar
dispuesto a reconocer todas las creencias y juicios que traes a la
relación y entonces cuestionarlos a la luz de las enseñanzas de un Curso
de Milagros, en la medida que las entiendas. Esto cambia el propósito
de la relación: de la meta del ego a la del Espíritu Santo. Si estás
dispuesto a que esas creencias y juicios sean transformados por el
Espíritu Santo, serás liberado de ellos y Su percepción reemplazará a la
tuya; entrando de esta manera en el instante santo. “ Nunca solicites
el instante santo después de haber tratado de eliminar por tu cuenta
todo odio y temor de tu mente. Ésa es su función. Nunca intentes pasar
por alto tu culpabilidad antes de pedirle ayuda al Espíritu Sano. Ésa es
Su función. Tu papel consiste únicamente en estar dispuesto, aunque sea
mínimamente, a que Él elimine todo vestigio de odio y de temor y a ser
perdonado” (T.18.V.2:1-5). Tu liberación es la liberación de la culpa.
La relación se desmoronará cuando ya no tengas ninguna atracción a las
creencias, juicios y a la culpa subsiguiente en la forma específica que
ésta relación representa.
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