Pregunta#491:
En Un Curso de Milagros se nos dice que debemos elegir entre dos
maestros: El Espíritu Santo o el ego. Yo elijo al Espíritu Santo, pero
cómo puedo de verdad hacerlo? Ya que no conozco el significado de nada,
cómo puedo saber cuándo me está el Espíritu Santo enseñando?
Respuesta:
Elegimos al Espíritu Santo cuando honestamente tenemos la disposición
de mirar a nuestros pensamientos de ataque y juicios, con la intención
de que Él los pueda transformar. Esto requiere que reconozcamos las
defensas que empleamos para mantener vigente nuestro feroz apego a la
creencia en la separación y en la realidad del mundo y del cuerpo.
Aunque el Curso nos dice que en realidad no sabemos el significado de
nada, nosotros pensamos que sí lo sabemos. Hemos hecho un acuerdo con el
ego de que nuestros ataques junto con nuestros sentimientos de rabia,
resentimientos y victimización están justificados. Nosotros creemos en
nuestra identidad como cuerpos. Creemos que las situaciones externas a
la mente pueden tener un efecto en nosotros y que pueden arrebatarnos
nuestra paz. El que nos cuestionemos esas creencias y la interpretación
que tenemos de nuestras experiencias, permitiendo la posibilidad de que
estuviésemos incluso equivocados, invita al Espíritu Santo a ofrecer Su
interpretación. Esta nueva interpretación es el proceso del perdón.
Aceptamos Sus enseñanzas con cada aplicación del perdón en nuestras
relaciones y en los eventos de nuestra vida.
El
primer paso es prestar atención a cualquier sentimiento perturbador o
de enfado, reconociendo que su verdadera fuente es una elección de
separación hecha en la mente y no la situación externa que aparentemente
nos haya perturbado. Es a causa de que estamos ferozmente apegados a
nuestras creencias por lo que hacer esto no nos resulta fácil.
Afortunadamente, Jesús nos dice que no tenemos que hacerlo
perfectamente: “No es necesario que estés enteramente dispuesto a ello
porque Él [el Espíritu Santo] lo está” (T:11.II.6:6). Sin importar qué
tan vacilante puedas tomar este primer paso de cuestionarte las
interpretaciones que hagas de tus experiencias y tus relaciones, al
Espíritu Santo le basta conque le permitas entrar. Se nos pide que
hagamos nuestra parte y nada más: “No acudas al ego para nada. Eso es lo
único que necesitas hacer. El Espíritu Santo por Su Propia iniciativa,
ocupará toda mente que, de esta manera, le haga sitio” (T.14.XI.13:5,6).
Link al original aquí.