miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Cómo podemos percibir el perdón?

Pregunta#638: “Permítaseme poder percibir el perdón tal como es” es una oración del libro de ejercicios en el Curso (W.pI.134). En el texto se nos dice que el perdón es una “forma selectiva de recordar” (T.17.III.1:3). Esto tiene que ver con la mente. En mi opinión, la percepción tiene lugar en el plano material usando nuestros sentidos. De acuerdo a lo anterior, ¿Cómo podemos entonces llegar a percibir el perdón? 

Respuesta: Esto nos resulta sumamente difícil de entender, pero las enseñanzas de Un Curso de Milagros siempre están dirigidas a la mente, ya que el cuerpo y sus sentidos, junto con el mundo externo en el cual aparenta existir no son otra cosa que las proyecciones de pensamientos en la mente: pensamientos de separación y de pecado, de culpa y miedo asociados con la creencia de que nos hemos separado de Dios. El cuerpo es la encarnación de esos pensamientos, no es algo autónomo. Esta es la base para algunas declaraciones muy radicales ---que algunos las encontrarán sumamente confrontantes--- que se hacen en el Curso, tales como: “...los panoramas y los sonidos que el cuerpo percibe no significan nada. El cuerpo no puede ver ni oír. No sabe lo que es ver, ni para qué sirve escuchar. Es tan incapaz de percibir como de juzgar; de entender como de saber. Sus ojos son ciegos; sus oídos, sordos...fueron concebidos para que viesen un mundo que no existe...”(T.28.V.4:4,5,6,7,8; 5:4). El término que usa el Curso para esto es percepción falsa.

Por consiguiente, el perdón es parte del proceso de reemplazar el propósito que el ego le ha adjudicado al cuerpo (que no es otro que reforzar la creencia en la separación) con el propósito del Espíritu Santo, el cual es restablecer la percepción verdadera en nuestras mentes, según la cual todos son percibidos como iguales, con el interés común de regresar al hogar en Dios. Es de este modo como aprendemos a recordar únicamente lo que refleja a nuestra unicidad como Hijo de Dios, y olvidar todo lo demás, porque todo lo demás carece de significado. Esa es la función de la percepción verdadera, la corrección de la falsa percepción (C.4).

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