Pregunta# 376.
Mi pregunta tiene que ver con las “Reglas Para Tomar Decisiones.” Ya
que quiero que se deshaga el sueño de los juicios quiero entender estas
reglas, pero no estoy seguro de haberlas entendido aún. A modo de
aclaratoria, sería de mucha ayuda que me dieras un ejemplo concreto
donde se apliquen estas reglas.
Respuesta:
Antes que nada, es necesario que llegues a entender que, el cómo
experimentamos todo lo que acontece en nuestra vida diaria, representa
una elección o decisión. Por lo que entonces, tienes que estar claro de
que sólo tienes dos alternativas entre las cuales siempre se está
decidiendo (el ego y el Espíritu Santo), independientemente de cuántas
sean las elecciones aparentes que nos presente nuestra vida y el mundo.
Cada una de éstas dos alternativas representa un sistema de pensamiento y
una manera de mirar al mundo que son diametralmente opuestas entre sí,
dando lugar a efectos mutuamente excluyentes.
Ahora
bien, mientras no seamos conscientes de que podemos hacer una elección
que determine cómo experimentaremos nuestras vidas, continuaremos
decidiendo de manera inconsciente a favor del ego y sin que podamos
reconocer que es eso lo que estamos haciendo, haciendo que sea
inevitable eludir ninguna de las consecuencias que dicha decisión
conlleva, las cuales incluyen: culpa, miedo, ira, dolor, ansiedad,
depresión, estrés y conflicto. El propósito del Curso es ayudarnos a
reconocer que el no ser consciente de esa elección es, en sí mismo, una
elección, por lo que podemos entonces decidir de otra manera ---a favor
del Espíritu Santo en lugar del ego.
Una
vez que entiendes que es únicamente a este nivel de elección a donde se
refieren las reglas para tomar decisiones, deberían entonces ser más
claras. El día que realmente queremos, independientemente de lo que
nuestro ego pudiera estarnos diciendo, no es uno en el que nos salimos
con la nuestra y obtenemos todas las cosas que pensamos que deseamos,
sino uno en el cual no nos identificamos con la culpa en nuestra propia
mente y, por consiguiente, no tenemos ninguna necesidad de proyectarla
fuera de nosotros en otros ni en el mundo que nos rodea. Por
consiguiente, las reglas describen formas en las que podemos aprender a
decidir que no queremos ser el juez de cómo debería ser nuestro día, ya
que esa es una elección a favor de seguir las reglas del ego, reglas
basadas en creencias acerca de nuestros propios y separados intereses,
en lugar de los intereses compartidos que el Espíritu Santo nos lleva a
reconocer.
Jesús
nos conoce muy bien y es consciente de que, a pesar de nuestras
aparentes buenas intenciones en aceptarle como nuestro maestro,
tendremos muchas veces miedo durante el día, identificándonos cada vez
que tengamos miedo con el ego y la culpa, con el propósito de volver a
creer que nosotros sabemos mejor que Jesús lo que necesitamos.
Necesitaremos en esos casos otra regla que nos ayude a salir de la
solución propuesta por el ego que habremos elegido. Así, a medida que
progresemos en esa sección, Jesús nos ofrece maneras de deshacer
nuestras infelices elecciones y retornar nuestra mente a su amable guía,
lo cual nos permitirá poder usar todo lo que aparentemente nos suceda
durante nuestro día como una oportunidad para practicar el perdón. Pero
si nos quedamos anclados en nuestra elección por el ego y nuestra propia
necesidad de tener razón, necesitaremos entonces ser gentilmente
persuadidos otra vez con el fin de que se nos lleve a reconocer que la
elección que hemos hecho, centrada en nosotros mismos, no nos ha hecho
felices, abriendo de esta manera la puerta para pedir nuevamente ayuda.
En
cuanto al ejemplo específico que pides: Yo podría comenzar mi día
expresando mi disposición de reconocer mis juicios tan pronto aparezcan
en mi mente de tal forma que pueda pedir ayuda para poder abandonarlos y
regresar así a una experiencia de paz genuina. Y puedo de esta manera
avanzar en mi día, cayendo periódicamente en la trampa de pensar que,
por ejemplo, encontrar una plaza de aparcamiento cerca de la tienda
donde quiero hacer mis compras me hará feliz o que completar un
determinado proyecto sin interrupciones me permitirá estar en paz. Y
entonces, observo que mi nivel de alteración aumenta a medida que veo
frustradas mis expectativas. En este punto, necesito ser capaz de
reconocer que he aceptado nuevamente al ego como mi maestro y que he
definido mi felicidad y mi paz en términos del control que tenga sobre
las situaciones externas, colocándome por consiguiente en una situación
de ser una “víctima” potencial. Si este reconocimiento aparece
rápidamente, puedo entonces igualmente rápido abandonar al ego y
regresar a la amable guía de Jesús.
Pero
quizás tenga un encuentro con alguien que no me caiga particularmente
bien y terminemos enfrentados. Y no hay forma que, con esta persona, dé
mi brazo a torcer, ya que estoy seguro de tener razón. En algún momento,
podría al menos tener la disposición de escuchar a Jesús cuando
amablemente me pregunta si me gusta como me estoy sintiendo ahora. Si
puedo tener la suficiente humildad y honestidad tendré que reconocer que
no. Y una vez más, eso abre la puerta para poder ver la situación de
otra manera, una manera que no coloque mis propios intereses personales
separados por encima de cualquier otro interés de los demás, para que me
permita poder ver mi propio pedido de amor reflejado en las reacciones
de mi “antagonista.” Y así, a medida que practico estas reglas para
elegir la guía del Espíritu Santo acerca de las percepciones de mis
experiencias en lugar de la guía del ego, poco a poco iré descubriendo
que puedo tener la clase de día que realmente deseo ---un día lleno de
paz, con una sensación de tranquilidad y alegría--- independientemente
de lo que aparente estar sucediendo “fuera.”
Podrías también estar interesado en el audio “Rules for Decision” de Ken Wapnick, http://facim.org/bookstore/p-141-rules-for-decision.aspx
el cual comenta ésta sección del Curso en profundidad. También hay
extractos de este audio en la ayuda on-line de la fundación para la paz
interior http://www.facim.org/online-learning-aids/excerpt-series.aspx (todo en inglés)
Link al original: aquí.