miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Distinguir entre "forma" y "contenido"

Pregunta#777(i): Un Curso de Milagros nos dice que el amor y el miedo son contenido y no forma. ¿Cómo podemos distinguir entre forma y contenido? 

Respuesta: Una de las enseñanzas más importantes de Un Curso de Milagros es que somos mentes, no cuerpos. Esta es la distinción fundamental entre forma y contenido. Nuestra experiencia como cuerpos (forma) es una ilusión: se trata de la proyección de un pensamiento en la mente (contenido). El contenido es o bien amor (cuando hay identificación con el Espíritu Santo) o bien miedo (cuando hay identificación con el ego). La manera en la que podemos determinar qué opción ha elegido la mente ---la identificación con el Espíritu Santo o con el ego--- es mediante la presencia o ausencia de juicios. El juicio de cualquier clase es señal que la mente ha elegido al sistema de pensamiento del ego. También podemos estar seguros de haber elegido al ego cada vez que percibimos diferencias, es decir, cualquier forma de especialismo. Es así como la forma puede revelarnos el contenido de la mente y es ahí donde reside la utilidad del cuerpo. Esta es la razón por la que en el Curso, Jesús nos pide que estemos alerta de nuestros pensamientos, no de nuestro comportamiento, pues el comportamiento puede ser intachable aún cuando la mente se encuentre repleta de pensamientos de condena y de ataque: “No te dejes engañar cuando la locura adopte una forma que a ti te parece hermosa” (T.23.II.17:10).

Mientras alberguemos la creencia de ser un cuerpo, la forma puede ser usada para deshacer la creencia en la realidad del cuerpo, lo cual es el objetivo del perdón, la promesa del plan de estudios del Espíritu Santo en el Curso. Tal y como se nos dice en el texto, “El perdón es una forma terrenal de amor, que, como tal, no tiene forma en el Cielo. No obstante, lo que aquí se necesite, aquí se concederá. Valiéndote de esta forma puedes desempeñar tu función incluso aquí, si bien el amor significará mucho más para ti cuando se haya restaurado en ti el estado de amorfia. La salvación del mundo depende de ti que puedes perdonar. Esa es tu función aquí” (L.186.14:2-6). Llevar a cabo esta función quiere decir estar dispuesto a mirar más allá de toda forma hacia el contenido, desenterrando cualquier pensamiento oculto de juicio, especialismo y diferencias. En la sección “Los Dos Cuadros” (T.17.IV), Jesús usa el símbolo de un marco (forma) que contiene a dos cuadros (contenido). El cuadro representa un retrato o bien del sistema de pensamiento del ego o bien del Espíritu Santo. Uno de ellos ofrece la muerte, el otro la vida. Los destellos y la “belleza” del marco tienen el propósito de distraerte del mensaje del ego, pero la enseñanza de Jesús es muy clara: “Examina el cuadro. No dejes que el marco te distraiga” (T.17.IV.9:1).

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