martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Elección vs destino

Pregunta#37: Esta pregunta se basa en la edición de dos preguntas separadas que tienen que ver con el tema de la elección y la predeterminación (o el destino) en Un Curso de Milagros:

Como yo lo entiendo, en este sueño de separación mi única elección real es a cuál maestro elijo para cada situación en la que me encuentro. Al ego o al Espíritu Santo. En cuanto al sueño, ya se nos ha dicho que el guión está escrito. Pero yo me pregunto, puedo yo, como el soñador del sueño, cambiar el sueño en términos de los eventos específicos que se desarrollan? O puedo yo cambiar el sueño únicamente en cuanto a mi perspectiva de la situación? En otras palabras, en cuanto a mi experiencia de vida, está todo predestinado en cuanto a situaciones, relaciones, etc.? Esto querría decir me encuentro caminando sobre un viejo sueño de separación, el análogo de ver una vieja película, que mi matrimonio nunca pudo haber durado más de lo que duró, que nunca podría haber tenido más hijos de los que tuve y que la relación que ahora tengo está ya completamente definida en cuanto al tiempo, etc. Ya que se me da la oportunidad de 'ahorrar tiempo' cuando elijo al Espíritu Santo como maestro, quiere esto decir que solo podré saltarme ciertas partes del guión? Es esto correcto?

Pero también parece que el Curso nos anima a no intercambiar una relación no santa por otra relación no santa con otra persona, ya que mientras estemos en la búsqueda de la felicidad por medios externos no la encontraremos, pero que si la hallaremos haciendo santa la relación en la cual nos encontremos. Esto da la impresión de indicar que sí tenemos alternativas en cuanto al guión, a la gente que conocemos, etc. Así que podrían haber distintas versiones de mi experiencia de vida. Una de estas posibilidades incluiría dos o más matrimonios breves con parejas distintas y, la otra, permanecer en un mismo matrimonio, con la misma persona durante muchos años. Sin embargo, Jesús dice que nada se deja al azar y que cada encuentro ha sido planeado. O es que la forma sencillamente no importa y lo único que hago es ver sombras y proyectar mis propias imágenes sobre ellas? Pero entonces, porqué es que el guión de mi vida, si ya está determinado, aparenta tener un efecto significativo en la vida de otra gente?

Jesús también nos dice que lo que vemos es el juicio que primero hicimos sobre nosotros mismos y que más allá de eso, el mundo no existe. Significa esto por ejemplo que, si existe una guerra entre Estados Unidos e Iraq, podría yo hacer algo para detenerla? Sucedió en realidad y ya fue corregida, así que si yo estoy viendo una guerra en lugar de paz, significa esto que mi mente todavía necesita corrección ya que aún permanezco eligiendo al maestro equivocado? O que no pude haber hecho nada para evitar la guerra y que lo único que puedo hacer es elegir con qué maestro observo los eventos. De escoger al Espíritu Santo, lo único que vería es inocencia en los dos lados?

A: Para responder completamente a todas las preguntas y asuntos que mencionas, se necesitaría escribir un libro entero (y ya existe uno: A Vast Illusion: Time According to A Course in Miracles by Kenneth Wapnick, el cual podrías encontrar útil para ampliar algunos de los puntos a los que brevemente me dirigiré en la respuesta).

El Curso si dice que nuestra única elección real reside entre el ego y el Espíritu Santo, el énfasis se hace en la palabra "real." Pero dentro del sueño, existe una cantidad casi ilimitada ---pero no infinita, casi infinita, porque el ego no puede fabricar nada que sea infinito o eterno (T.4.I.11:7)--- de alternativas entre las cuáles podemos elegir a nivel de la forma. Pero su contenido subyacente es el mismo ---pecado, culpa y miedo--- Esto es por lo que el Curso enfatiza que no hay ninguna elección entre todas esas alternativas ya que en realidad son todas lo mismo. La elección que tiene sentido puede únicamente hacerse a nivel de contenido, así que la verdadera elección es entre la culpa y miedo del ego o el perdón y el amor del Espíritu Santo. Por lo que, sí, hay muchas formas distintas o posibles secuencias de eventos que nuestras vidas podrían tomar como resultado de nuestras elecciones aparentes, pero mientras estemos eligiendo con el ego, creyendo que la felicidad puede encontrarse fuera de nosotros, nada cambiará en realidad, aunque evidentemente nuestras circunstancias y relaciones podrían cambiar completamente. Por cierto, el Curso en realidad no nos está animando a que permanezcamos físicamente en una relación con el fin de hacerla santa ---nunca nos da consejo a nivel específico de la forma. Cuando el Curso nos aconseja que consideremos si "La única manera de librarte de tu angustia es deshaciéndote de tu hermano" (T.17.V.7:2), está hablando de cómo estamos percibiendo a nuestro hermano en nuestra mente, incluyendo en particular todas las fantasías especiales que asociamos con el que ya no se lleven a cabo.

Ahora, el Curso si menciona, como ya dices, que el guión ha sido escrito (W.pI.158.4:3) y que todo en el tiempo ya ha sucedido, así que nuestras vidas no son otra cosa si no ver "...la jornada desde el punto de vista donde termina, desde donde la podemos ver en retrospectiva, imaginarnos que la emprendemos otra vez y repasar mentalmente lo ocurrido" (4:5). Y mientras Jesús dice que nada pasa por azar, él está claramente atribuyendo a nuestra propia mente la responsabilidad por la elección de todas las experiencias de nuestra vida (T.21.II.3:1,2,3). Pero esto no quiere decir que todo en nuestra vida esté predeterminado, que la secuencia de eventos ya está fijada. Estamos siempre escogiendo entre un abanico de muchísimos eventos posibles que ya han ocurrido, pero la sucesión única y el vasto número de eventos pasados entre los que estamos eligiendo, combinados con la represión de nuestro recuerdo de cualquiera de ellos y nuestra creencia de que el tiempo es a la vez lineal y real, aporta la sensación de que es todo nuevo. Y todo esto es parte de la defensa del ego para confundirnos y hacernos creer que algo nuevo y significativo está ocurriendo en nuestras vidas, reforzando la creencia tonta que de alguna manera esta vez elegir al ego puede tener un mejor resultado.
Para entender el aparente efecto de nuestras vidas en cada uno, necesitamos dar un paso atrás y mirar desde fuera del sueño del mundo, y regresar nuestra atención a la mente donde todas las elecciones están siendo hechas. El número casi infinito de posibles eventos en el tiempo fue escrito en un solo instante por la mente una (colectiva), unida al ego, antes de que la proyección fragmentada del mundo y de individuos separados en el mundo pareciera ocurrir. Como Jesús explica, "El tiempo tan solo duró un instante en tu mente y no afectó a la eternidad en absoluto. Y así es con todo el tiempo que ha pasado... El brevísimo lapso de tiempo en el que se cometió el primer error ---en el que todos los demás errores están contenidos..." (T.26.V.3:3,4,5). Ahora mi sueño individual es un sueño separado y no puede ser verdaderamente compartido con nadie más. Pero ya que todas las mentes están unidas, cualquier decisión que tome para interactuar como un cuerpo contigo, o cualquiera que tu tomes para interactuar como un cuerpo conmigo, tiene siempre que reflejar un acuerdo que los dos hemos hecho juntos, a nivel de la mente fuera del espacio y del tiempo, para poder reproducir ciertos eventos en el tiempo y el espacio que ya han sucedido. Este acuerdo conjunto tiene que permanecer enterrado en nuestro subconsciente para que pueda servir de apoyo al propósito de separación y victimización del ego.

Jesús habla de esta decisión conjunta, específicamente en el contexto de nuestro acuerdo de herirnos unos a otros, como "...el voto secreto que has hecho con cada hermano que prefiere caminar solo y separado...sin expresarse ni oírse...es una promesa que le haces a otro de que él te herirá y de que a cambio, tu lo atacarás... para que [el cuerpo] sufra. Es la consecuencia natural de lo que se hizo en secreto, en conformidad con el deseo secreto de otro de estar separado de ti, tal como el tuyo es estar separado de él. A menos que ambos estéis de acuerdo que ese es vuestro deseo, este no podría tener efectos" (T.28.VI.4:3,6,7; 5:1,2,3). Este oculto acuerdo conjunto de estar aparentemente afectado por la decisión del otro, es lo que tiene que estar pasando, ya que de otra forma, seríamos la víctima de la decisión de otro. Mientras que este acuerdo conjunto en cuanto a la forma es cierto a nivel metafísico, en un nivel práctico es de mucha más utilidad prestar atención al hecho de que, en el mundo y con el ser físico con el que me estoy identificando, no tengo capacidad de controlar lo que otros hacen, pero sin embargo, siempre puedo elegir cómo voy a percibir lo que está sucediendo en mi vida. Yo puedo elegir a cuál maestro invitar y ver entonces que mi paz mental depende únicamente de mi propia elección ---tal y como el Espíritu Santo me enseñaría--- o puedo ver que en efecto los demás tienen el poder de arrebatarme mi paz mental ---aceptando la enseñanza del ego de que es posible que se me victimice y que por consiguiente no soy responsable de como me siento.

Con respecto a si una mente sanada ve o no guerra y si tiene alguna elección en cuanto a eso, Jesús reconoce los conflictos de nuestro ego ---el pasa una gran cantidad de tiempo señalándonos la dinámica enfermiza del ego--- pero eso no quiere decir que su mente no esté sana. Lo que en realidad importa es que él no nos está juzgando mientras nos muestra toda las maquinaciones de nuestro ego. El ve todo como bien una extensión de amor o una petición de amor (T.12.I.3:1,2,3,4). Cuando nos unimos con Jesús en nuestra mente, veremos cualquier conflicto en el mundo bien sea a nivel individual o internacional en esa misma luz. No vamos a negar lo que nuestros ojos ven, sino que nuestra interpretación será diferente a la interpretación del mundo. En el contexto de la enfermedad, el Curso observa que "Los ojos del cuerpo seguirán viendo diferencias. Pero la mente que se ha permitido a sí misma ser curada, dejará de aceptarlas. Habrá quienes parezcan estar más 'enfermos' que otros, y los ojos del cuerpo informarán, como antes, de los cambios que se producen en su aspecto. Mas la mente curada los clasificará a todos de la misma manera: como irreales" (M.8.6:1-4). Y esta percepción sanada puede solamente aparecer después de que nuestra mente abandone la creencia de que el conflicto y la guerra tienen valor como medio para proyectar la culpa de la separación fuera de nuestra propia mente. Hemos podido acordar en participar en un sueño colectivo donde una guerra externa se desarrolla con el propósito de reforzar la percepción del ego acerca del mundo: un lugar de víctimas y verdugos, pero en cualquier instante pedir ayuda, primero reconociendo el propósito del ego para la guerra y decidiendo entonces que ya no queremos reforzar esta demencia en nuestra propia mente. Y antes de que podamos ver la inocencia en todos los lados del conflicto, tenemos que primero llegar a ver la locura en todas sus partes, y reconocer que es la misma demencia que compartimos con cualquier otro cuando nos identificamos con el ego.
Link al original aquí.