miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Ha podido alguien alcanzar la meta del Curso?

Pregunta#664: Yo sé que la meta de Un Curso de Milagros es que podamos llegar a darnos cuenta de que todo el mundo que vemos es una ilusión y que finalmente dejemos ir a nuestro ego para estar en la realidad de la unión con Dios. La pregunta que me hago es: ¿hay alguien que haya alcanzado en verdad dicha meta? Si es así, me pregunto cómo describirían esa experiencia. ¿Hay acaso señales a lo largo del camino que indiquen que la ilusión está desapareciendo o me he perdido y resulta que la meta es otra?

Respuesta: Tu pregunta es una versión de la “famosa pregunta:” ¿cómo pudo haber sucedido la separación si estábamos felices en la paz de Dios? En esa pregunta está implícita la afirmación de que la separación ha ocurrido y, por ende, la forma de la respuesta que estamos dispuestos a aceptar es cualquiera que no niegue esa afirmación/creencia. La verdad es que todos lo hemos “hecho” ya que no lo hemos “des-hecho” (ver T.6.II.10:7,8). No obstante, nosotros creemos haber logrado lo imposible separándonos de Dios y necesitamos ayuda para aprender que estamos equivocados. Hemos elegido creer el sueño de la separación y nos hemos identificado con el ego. Este error incluye nuestra identificación con el cuerpo y el hacer real el mundo en nuestra experiencia. A partir de ahí, aparentamos experimentar un proceso de aprendizaje en el que gradualmente aceptamos la verdad del Espíritu Santo y aprendemos a identificarnos con la parte de la mente que alberga el recuerdo del Amor de Dios, en lugar del cuerpo. Es el proceso de sanación del perdón el cual ofrece los destellos del Amor que ha sido olvidado. Esto es lo que el Curso describe como un instante santo. Gradualmente vamos aprendiendo que la paz del instante santo es preferible al dolor que nos ocasiona aferrarnos al ego, y entonces comenzamos a elegirla cada vez con más frecuencia y facilidad, hasta que sea la única cosa que queramos elegir. Así es como se logra la “meta.”

Jesús representa para nosotros uno que ha elegido identificarse únicamente con el Amor en su mente y que, de esta manera, ha alcanzado la meta. Su “experiencia” está expresada de manera extensiva en Un Curso de Milagros, que es, de hecho, la fuente del Curso. Lo que es importante recordar es que se trata también de nuestra experiencia. Tal y como él nos dice en el texto: “Cree en la resurrección [la “meta”] porque ésta ya se ha consumado, y se ha consumado en ti. Esto es tan cierto ahora como lo será siempre...Pues ascenderemos hasta el Padre juntos, como fue en un principio, como es ahora, y como lo será siempre, pues ésa es la naturaleza del Hijo de Dios tal como su Padre lo creó” (T.11.VI.4:6,7,9).

Las señales a lo largo del camino no son necesariamente experiencias imponentes. Simplemente son momentos con una sensación de liberación cuando al final soltamos un resentimiento, o nos damos cuenta de que no tenemos que tener razón, permitiendo que alguien más tenga la última palabra. Un momento de paz, sin importar lo fugaz que sea, siempre señala el camino hacia la paz que estamos buscando. Es importante reconocer estas pequeñas señales en lugar de estar a la espera de luminosos relámpagos que refuljan en nuestra vida. Al ser estos instantes de paz verdaderos reflejos de la meta final, ellos nos guiarán mas certeramente a que la alcancemos. Regresamos siempre a la práctica del perdón que nos enseña el Curso como una guía segura hacia nuestro propio despertar. “La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues pensamientos impuros. Pero si requiere que no abrigues ninguno que desees conservar” (T.15.IV.9:1,2). Así que nuestra meta es simplemente hacer nuestro papel de mirar a todos nuestros juicios, los cuales son los obstáculos que nos impiden que seamos conscientes del Amor de Dios. A medida que dichos obstáculos son removidos, la verdad de nuestra unicidad con Su Amor, de la cual aparentemente nos olvidamos, será entonces recordada.

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