martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: No necesito hacer nada...

Pregunta#90: Mis preguntas tienen que ver con la sección del texto titulada “no tengo que hacer nada” (no necesito hacer nada, en el original en inglés).  Ahí se dice que una vida entera de contemplación y largos períodos de meditación dedicados a desapegarnos del cuerpo no son necesarios. Yo he estudiado el Curso por muchos años y he tenido momentos de mucha paz haciendo las lecciones o leyendo el texto con mente abierta y con la disposición de escuchar. También he estudiado meditación budista cuya meta no es el desapego del cuerpo sino más bien, a estar completamente presente. Tu puedes enfocarte en la respiración o en un sentimiento y vigilar tus pensamientos. Si lo haces de manera consciente, los pensamientos pasan y puedes llegar a tener una sensación de amplitud o, como mínimo, paz ---la calma de aquietarse. Estoy confundido ya que muchos párrafos del Curso nos piden que nos “aquietemos” que nos “sentemos en silencio.”  Siéntate en silencio y aquiétate,  y deja todos los pensamientos a un lado. No es eso, al menos en parte, la misma cosa? Podrías explicar exactamente como quiere el Curso que nos aquietemos? Hay alguna diferencia entre estas dos prácticas?

Respuesta: La quietud y la paz son lo mismo ---esa experiencia cuando dejamos ir todos nuestros pensamientos de separación, de juicio y entonces amaina el constante parloteo del ego. La diferencia entre estos dos caminos no reside en la experiencia en si misma, sino en el enfoque que hace el Curso acerca de nuestra resistencia a esa experiencia, y, por consiguiente, al proceso a través del cual esa paz o quietud es alcanzada. 
El asunto primordial es, entonces…por qué no experimentamos esa quietud todo el tiempo? En la lección del libro de ejercicios, “yo deseo la paz de Dios,” Jesús señala “decir estas palabras no es nada, pero decirlas de corazón lo es todo” (W.pI.185.1:1,2). Jesús continúa diciendo “desear la paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños… la mente que desea la paz de todo corazón debe unirse a otras mentes, pues así es como se alcanza la paz” (W.pI.185.5:1;6:1). 
Y esta es la razón de nuestra resistencia a la quietud. En esa paz, el ser ilusorio que soñamos es nuestra identidad deja de existir ---hemos renunciado al sueño de separación. Nuestros sueños de juicios y ataque son justamente lo que mantiene nuestra sensación ilusoria de una identidad separada, con otros externos a este ser con quienes aparenta haber conflicto ---la antítesis de la paz. Y cuando nos “unimos con otras mentes” mediante la liberación de todo juicio, nuestro ser separado simplemente desaparece, al menos por un instante, hasta que nuestro miedo de lo ilimitado se vuelve muy grande. 
Así que el Curso, mientras nos habla de paz y nos invita en algunas de las lecciones del libro de ejercicios a experimentarla mediante el silenciar nuestra mente y aquietarnos, en realidad enfatiza el problema de nuestra resistencia y nos pide que la observemos. Esta resistencia está presente en todas nuestras proyecciones cuando culpamos y responsabilizamos a otros por nuestra pérdida de paz. De tal forma que jamás podamos ver la culpa que internamente albergamos en nuestra propia mente, la cual es el verdadero obstáculo a la paz. 
Esto es justamente lo que comenta la sección que mencionas, “no tengo que hacer nada.” “Tu camino será diferente, no en cuánto a su propósito sino en cuanto a los medios. La relación santa es un medio de ahorrar tiempo” (T.18.VII.5:1,2). En otras palabras, el proceso con el Curso es el de perdonar nuestras relaciones especiales, manifestaciones todas de nuestra culpa interna que nos mantiene en conflicto y alejados de la paz. 
Si quisiéramos en realidad estar en paz lo estaríamos. La paz, después de todo, en nuestra herencia natural (T.3.VI.10:1,2). Unicamente nos permitimos breves períodos de paz, como sabrás por tu propia experiencia. No queremos mantener esa quietud debido al miedo que le tenemos. Así que el Curso nos guía por un sendero indirecto a esa quietud, enfocándose en remover las barreras que hemos interpuesto entre nosotros y la paz, en lugar de usar un acercamiento directo, como sería por ejemplo la meditación, la cual tiende a pasar por alto nuestra resistencia y el origen de ésta.

Link al original  aquí.