miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Podremos hacer milagros como los que se le atribuyen a Jesús?

Pregunta#548: Esto es una combinación de las preguntas de dos estudiantes: Jesús hizo muchos milagros mientras estaba aquí en la tierra, tales como resucitar a los muertos, hacer ver a los ciegos. ¿Podemos nosotros, Hijos de Dios, hacer igualmente milagros en este mundo? ¿Qué es lo que el Curso quiere decir cuando menciona que deberíamos ofrecerle milagros a otros?  

Respuesta: Los estudiosos de las escrituras difieren en su entendimiento acerca de la veracidad histórica de los relatos presentados en los Evangelios en cuanto a lo que Jesús hizo durante su vida. Sin embargo, independientemente de la veracidad histórica de los Evangelios, el Curso nos enseña otro significado para los milagros. A lo que el Curso llama milagro es a un cambio de mentalidad. Es un curso de milagros precisamente porque es un curso acerca del cómo aprender a cambiar de mentalidad y pasar de pensar con el ego a pensar con el Espíritu Santo. Es un proceso de deshacimiento del ego mediante el aprendizaje de una nueva perspectiva que revierte los puntos de vista del ego acerca de todos y de todo. El ego nos dice que somos cuerpos, separados de Dios y unos de otros, sujetos a cambios a causa de fuerzas externas. El Espíritu Santo nos dice que somos mentes, uno con nuestro Padre y uno con otros, sujetos a cambios únicamente mediante el poder de elegir en nuestra mente. Aceptamos los milagros para nosotros mismos al punto en el que aceptamos ésta enseñanza y la aplicamos a todos los eventos, situaciones y experiencias en nuestras vidas. Ofrecemos milagros a otros en la medida que reconocemos el mismo poder de elegir en sus mentes. Como Jesús nos dice en el texto: “Acepta el milagro de curación y se extenderá por razón de lo que es. Su naturaleza es extenderse desde el instante en el que nace. Y nace en el instante en el que se ofrece y se recibe. Nadie puede pedirle a otro que sane. Pero puede permitirse a sí mismo ser sanado, y así ofrecerle al otro lo que él ha recibido” (T.27.V.1:3, 4, 5, 6, 7).

Otra extensión de este principio es el proceso del perdón, mediante el cual reconocemos que nada externo a nuestras mentes puede hacernos sentir nada positivo ni negativo y, por consiguiente, nadie es responsable de como nos sentimos. Es esto lo que está diciendo la invitación que Jesús nos hace: “perdona al Hijo de Dios por lo que él no te ha hecho.” Por lo tanto, el perdón es el milagro que le ofrecemos a nuestros hermanos. El reconocer que nuestra experiencia es el resultado de una decisión en nuestra mente de identificarnos con el ego o con el Espíritu Santo, todos nuestros hermanos quedan liberados de cualquier acusación y nos hacemos conscientes de su inocencia. Este el es milagro de la sanación de la mente, dado y recibido.

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