martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Si alguien me ataca, ¿Se supone entonces que no haga nada?

Pregunta#225: Es la segunda vez que leo el Curso de Milagros, y estoy teniendo problemas con la lección 135. Sugiere esto que si alguien me ataca física o verbalmente, no tengo que hacer nada? Debería permitir que me vapulearan? No creo que sea esto lo que sugiere, me gustaría saber si estoy interpretando esto de la manera apropiada. Más aún, el practicar artes marciales está en contra de las enseñanzas del Curso? 


Respuesta: Estás en lo cierto respecto a la lección 135. "si me defiendo he sido atacado". Esto no quiere decir que deberías permitir que te pegaran o abusaran de ti e inclusive, mirar que se abuse de alguien sin que tu intervengas. Esto es uno de los conceptos que con mayor frecuencia se mal interpreta y se aplica erróneamente. Es importante recordar que el Curso jamás habla acerca de comportamiento, y que la práctica el Curso nunca debe excluir el sentido común. El Curso debe enfocarse siempre al contenido en nuestra mente. Podrías por lo tanto estar en tu mente correcta y al mismo tiempo impedir -usando incluso la fuerza- que otra persona te dañe físicamente. También podrías estar en tu mente errada y hacer exactamente lo mismo. O podrías estar en tu mente correcta y no hacer nada o, estar en tu mente errada y no hacer nada. Si puedes dejar tu ego a un lado por un instante, entonces cualquier cosa que hagas o no hagas seria "correcta".

En todo el Curso, Jesús enseña que nuestro pensamiento fluye o bien desde el sistema de pensamiento del ego o bien desde el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, según sea la elección que hayamos hecho anteriormente. En esta lección Jesús nos enseña que cada vez que nos percibimos atacados y sentimos la necesidad de defendernos, hemos reforzado un auto-concepto de miedo y de vulnerabilidad, lo cual significa que nos vemos como cuerpos y no como Dios nos creó. Es solamente cuando tememos que tenemos necesidad de defensas. Esta información es útil ya que nos permite saber con qué sistema de pensamiento nos hemos identificado. Sin embargo, no podemos corregir esa percepción defectuosa de nosotros mismos simplemente permitiendo que abusen de nosotros o nos violenten en alguna forma. Eso no hará que avancemos espiritualmente, análogamente como tampoco podrá aportar progreso espiritual el remover las cerraduras de la casa o cancelar las pólizas de seguro. Mientras nos experimentemos a nosotros mismos como cuerpos, tenemos que responder y respetar esas necesidades corporales, tanto físicas como psicológicas.


Jesús nos habla desde su perspectiva como mente sanada, la cual sabe con certeza que los cuerpos y este mundo son completamente ilusorios. El simplemente dice que nosotros, que tenemos mentes no sanas, deberíamos prestar mucha atención al sistema de pensamiento con el que hemos elegido identificarnos y pedir entonces su ayuda para mirar a través de sus ojos y ver de esta forma el mundo. Así podremos saber lo que es y el propósito al cual sirve. Entonces podremos disponer de una base desde la cual tendremos una elección diferente. El nos está ayudando a darnos cuenta de que existe un miedo inherente en cada uno de nosotros y que ese miedo proviene de nuestra mente, no de elementos hostiles en el mundo o en el cuerpo, los cuales solo forman parte de la estrategia del ego de mantenernos inconscientes de la existencia de nuestra mente. No necesitamos una defensa contra el miedo y la culpa en nuestra mente, porque éstas son fabricaciones del ego. Solamente necesitamos pedir Su ayuda para corregir nuestra elección equivocada al identificarnos con un sistema de pensamiento de pecado, culpa y miedo. Sabemos que hemos llevado a cabo esa elección cada vez que nos experimentamos a nosotros mismos como vulnerables y siendo atacados. Nuevamente, esto no quiere decir que no debamos protegernos a nosotros mismos en cualquier forma que sea apropiada en el mundo, incluyendo el uso de artes marciales.

Para finalizar, Jesús no quiere decir en esta lección tampoco que no debamos nunca hacer planes. El solo nos pide que le consultemos a el primero, ya que como mentes aún no sanas, no podemos saber qué es lo que más nos conviene, o qué es lo mejor en los intereses comunes. Se requiere que estemos atento acerca de la presunción de que sabemos cuáles son nuestros problemas y más aún, el que caemos en la trampa de decirle a Jesús o al Espíritu Santo cómo tienen Ellos que resolverlos. Nuestras energías y esfuerzos están sin duda mucho mejor empleados en pedir ayuda para poder perdonar, ya que solamente eso removerá las barreras que nos impiden escuchar verdaderamente la Voz del Amor, Cuya sabiduría gentilmente nos guiará a todos en nuestras palabras y acciones. La culpa es el problema. El perdón es la respuesta. No necesitamos obtener nada más específico que esto.

Link al original  aquí.