miércoles, 6 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Si Dios no es consciente de nuestra condición, ¿porqué envió a Jesús como maestro?

Pregunta#566: Entiendo que en Un Curso de Milagros se nos enseña que Dios no sabe nada acerca del mundo y que, en lo que a Él concierne, somos uno con Él soñando con el exilio y la separación. No entiendo cómo fue que se tomó la decisión de enviarnos a Jesús y al Espíritu Santo; Jesús a cargo de la Expiación y el Espíritu Santo como nuestra Voz, Consolador y Guía. Cómo es que nuestro maestro Supo siquiera lo que hicimos y que continuamos haciendo tal desastre con las cosas?

Respuesta: Es una pregunta razonable, hecha de una u otra forma por casi todos los estudiantes del Curso. Las afirmaciones que encontramos en el Curso acerca de que el Espíritu Santo ha sido enviado por Dios como respuesta a la separación se cuentan entre ésas que tienen que tomarse metafóricamente. Hay otras declaraciones que sí tienen que tomarse de manera literal y, si esta distinción no es reconocida, parecerá que el Curso nos dice cosas contradictorias dejando al lector con una sensación más bien de desconcierto. El relato de la separación y su deshacimiento se presentan de manera mitológica, específicamente dentro de un marco de referencia que es significativo para la gente de tradiciones filosóficas y religiosas occidentales. El lenguaje usado en el Curso para presentar sus enseñanzas refleja estos patrimonios; y más aún, una parte considerable de sus enseñanzas son claramente correcciones de lo que se contempla como los errores de las religiones basadas en la Biblia. La metafísica básica del Curso es estrictamente no dualista, por consiguiente no es exacto decir que, en lo que a Dios concierne, “somos uno con Él soñando con el exilio y la separación” --- esto es dualismo. Si eso fuera cierto, entonces otro estado fuera de la perfecta Unicidad sería posible, lo cual sería contrario a lo que se mantiene durante todo el Curso. Con frecuencia nos dirigimos una y otra vez en nuestras respuestas a preguntas (por ejemplo, ver preguntas 419,420,421) de los estudiantes, debido a la importancia crítica que esto tiene en el trabajo de los estudiantes con el Curso.

Recomendamos revisar el libro “Love Does Not Condemn” (pp. 419,420,421) para una discusión exhaustiva acerca del Espíritu Santo dentro del contexto de las bases metafísicas en el Curso. Brevemente, el Curso enseña que el Espíritu Santo es en realidad el recuerdo del perfecto amor de Dios que permanece en la mente del Hijo cuando quedó dormido y, por consiguiente, el Espíritu Santo no es una persona, es más bien una Presencia dentro de cada mente aparentemente fragmentada --- una Llamada o Voz, no de un ser separado, sino simplemente de una parte de la mente que retiene el recuerdo de su verdadera Identidad. El lenguaje usado es bíblico; razón por la cual se le menciona como el Consolador. Para seguir en la línea del no dualismo estricto del Curso, tendríamos entonces que decir que la “Respuesta” de Dios ---citando a 'Love Does Not Condemn' : es Su eterno e inmutable Amor que pro siempre refulge en nuestras mentes divididas, como lo haría un faro en la oscuridad. El amor de Dios no hace nada; simplemente es: un estado de presencia continua del amor al que denominamos Espíritu Santo” (pp. 420,421).

Por lo que queda claro entonces que, Jesús, es una manifestación del Espíritu Santo ---un símbolo en nuestras mentes, las cuales se han identificado a tal punto con lo específico, que solo pueden relacionarse cómoda y significativamente con específicos. Así que, en su amorosa gentileza como nuestro maestro, él es en última instancia un reflejo del amor del que nos hemos disociado y del que, por consiguiente, ya no somos conscientes. Al principio nos relacionamos con Jesús como personas separadas, pero a medida que tu confianza en él crece y experimentas su amor cada vez más, las diferencias entre nosotros y Jesús se van desvaneciendo hasta que nosotros, al igual que él, estemos totalmente identificados con el amor. La importancia y el significado de nuestra individualidad decrece a medida que se da a lugar este proceso, el cual comienza con nuestra sensación de que Jesús nos ha sido enviado y culmina con la trascendencia al completo de ése y todo otro concepto de separación.

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