martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: ¿Son reales mis pensamientos amorosos y mis sentimientos de conexión?

Pregunta#297: Leyendo la lección 4 del libro de ejercicios del Curso de Milagros me siento confrontado pues yo tengo pensamientos muy amorosos. De hecho, si voy caminando por la calle y me encuentro con un extraño quién de repente me mira a los ojos y aparece un sentimiento repentino de conexión “real,” tengo que decirme a mi mismo que este pensamiento no significa nada? No es eso un momento de verdadera realidad? Me encuentro confundido.


Respuesta: En primer lugar, los comienzos de esa lección están dedicados a ayudarnos a deshacer nuestros pensamientos de la mente errada, lo cual no quiere decir que no tengamos pensamientos de la mente recta. Sin embargo, el enfoque aquí es mayormente a los pensamientos de la mente errada. El empuje que nos proporcionan estas primeras lecciones nos ayuda a entender que existen un mundo interno y un mundo externo y que éste último es solo la proyección del interno. Jesús nos está ayudando a comenzar el proceso de aprendizaje de que no somos lo que pensamos que somos y que la realidad no es lo que creemos que es. Jesús no aspira a que nos conformemos con nada que no sea la verdadera herencia que tenemos como el Hijo de Dios. Así, él dice en la lección #4, que nuestros “buenos” pensamientos no son sino la “sombra de lo que está más allá y las sombras dificultan la visión.” Nuestros “pensamientos reales” están siendo ocultados tanto por nuestros “buenos” pensamientos como por los “malos.” La sombra se vuelve inocua cuando comprendamos que es solo una sombra. A esto es a lo que Jesús nos está guiando.

No describes esa “sensación ‘real’ de conexión” detalladamente, tampoco comentas nada subsiguiente a esa experiencia. Hablando en términos generales, puede decirse que esa sensación es atribuible al ego (especialismo) o al Espíritu Santo (todos somos uno). Si se tratase de una “conexión” guiada por la mente recta, no sería sino una sombra de tus pensamientos reales, los cuales no tienen nada que ver con el mundo o con el cuerpo. En el instante santo, cuando no percibimos la separación, tenemos la experiencia del reflejo de la realidad, pero la realidad es solo el Cielo. Nuevamente, aquí es donde Jesús nos está guiando. Porqué querríamos conformarnos entonces con un reflejo o una sombra, cuando podemos tener la realidad misma?

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