martes, 5 de diciembre de 2017

Preguntas y respuestas Facim: Tengo que haber elegido equivocadamente

Pregunta#201: En relación con la plegaria para “la Decisión a favor de Dios,” (T.5.VII.6:7-11), cómo “hacer que tu pensamiento retorne al punto en el que se cometió el error” cuando nuestra decisión de separarnos de Dios no se recuerda… o es inconsciente?

Respuesta: La jornada de nuestro “regreso” es un proceso de caminar hacia atrás, comenzando en el lugar donde creemos estar, el cual es en el cuerpo, en el mundo, en el sueño. Aunque la decisión de separarnos de Dios ciertamente no se recuerda, aparentamos estar experimentando los efectos muy reales que se originaron en esa elección. Mirar clara y directamente a los efectos nos indica la verdadera naturaleza de la elección errónea de creer en la realidad de la separación. Nuestro regreso comienza cuando tenemos la disposición de mirar cada situación de manera diferente. Cualquier persona, evento, condición o situación que aparente causarnos dolor, angustia, pérdida de paz, etc.  es una oportunidad que tenemos para indagar acerca de lo que en realidad está sucediendo. Un Curso de Milagros nos dice que el conflicto que experimentamos aquí en el sueño está en realidad causado por la culpa en nuestra mente la cual es desplazada de nuestra mente y proyectada sobre el cuerpo o sobre el mundo. El propósito de la proyección es liberarnos de la responsabilidad por haber elegido separarnos. El ego, por otra parte, nos dice que en efecto son las personas y eventos externos a nosotros los responsables de nuestra miseria. Hemos sido victimizados por agentes externos y no podemos entonces tener la responsabilidad de lo que nos pasa. Es mediante el proceso del perdón que aprendemos a identificar la causa de nuestros problemas como una elección en la mente en lugar de culpar a otros. Este es uno de los niveles del retorno al punto en el cual el error se ha cometido. En esta forma, aquellos contra quienes abrigamos resentimientos quedan exentos de la responsabilidad; es así como son perdonados por “lo que no han hecho” (T.17.III.1:5). Cuando hayamos sido capaces de practicar el perdón con todos y con cada situación en nuestras vidas, y nos des-identifiquemos lo suficiente de la creencia en la separación del ego, nos identificaremos completamente con la mente en lugar de con el cuerpo. Ya no creeremos más en la victimización, sino en el poder y la habilidad de nuestra mente para elegir. Esto nos liberará para poder hacer una elección diferente. En lugar de la creencia errónea de que la separación tuvo lugar y que ha tenido consecuencias serias, nos reiremos gentilmente de lo absurdo de tal pensamiento. Este es el retorno final a el “punto en el cual se cometió el error.” Entonces despertaremos del sueño de la separación. 

Mientras tanto, cada vez que tengamos la disposición de reconocer cualquier situación, o la dinámica de cualquier relación, como el resultado directo de una elección hecha en nuestra mente, sin proyectar la culpa en otros, estaremos reforzando nuestra creencia en nuestra verdadera identidad como mente y debilitando nuestra creencia en la versión de la separación del ego y la identificación con el cuerpo. Seremos entonces guiados al punto de elección final y podremos ya decidir no regresar más al tenebroso mundo de la ilusión y de la separación.
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